El presidente Donald Trump puede causar estragos en el mundo cuando aún le quedan 70 días en el cargo, alerta hoy un análisis publicado en el diario The New York Times.
Suscrito por Robert Malley, presidente y director ejecutivo del International Crisis Group, y Philip H. Gordon, miembro senior del Consejo de Relaciones Exteriores, el informe plantea que el presidente parece decidido ahora a utilizar sus últimas 10 semanas para llevar a cabo una política exterior de tierra arrasada.
Agregan los expertos que el virtual presidente, Joe Biden, enfrentará un escenario desalentador luego que su antecesor dejara un legado de arrasar con las instituciones multilaterales, destrozar los acuerdos internacionales del pasado, hacer añicos las normas y socavar las alianzas de larga data.
Subrayan los analistas que no todo será difícil para Biden, pues puede retornar al país al acuerdo climático de París, evitar salir de la Organización Mundial de la Salud y, además restaurar la política del presidente Barack Obama con respecto a Cuba y reafirmar el compromiso con la OTAN, entre otros asuntos.
Sin embargo, agregan, no hay muchos frutos fáciles de obtener, sobre todo porque la administración Trump trabajó sin descanso para hacer que muchas de estas políticas sean lo más difíciles de revertir.
Sobre los planes con Irán, los expertos señalan que Biden aclaró su intención de volver a unirse al acuerdo nuclear de 2015 siempre que Teherán vuelva a cumplirlo plenamente pese al muro de sanciones impuesto por la administración republicana.
El análisis aborda también el conflicto israelí-palestino y plantea que Trump trabajó para alterar de manera fundamental y sostenible el punto de partida de cualquier conversación de paz futura.
Asimismo aborda la complicada tarea de Biden con relación a China para poner fin a una guerra comercial que hizo mucho más daño que bien a los agricultores, consumidores y contribuyentes estadounidenses.
Puntualiza el análisis que antes de dejar el cargo, el 20 de enero, el actual mandatario tratar de hacer más difícil que su sucesor cambie de rumbo como demuestra el reemplazo de su secretario de defensa y el anuncio de nuevas ventas de armas en el Oriente Medio, así como una ‘inundación’ de sanciones adicionales contra Irán.
También, entre otras cosas, podría atacar abierta o encubiertamente las instalaciones nucleares de Teherán o dar luz verde a otros para que lo hagan con la teoría de que sólo él puede impedir que Biden permita que los iraníes reanuden su programa en ese ámbito.
