Anaco quedo bajo la oscuridad por más de 10 horas

Los anaquenses vivieron anoche la noche más oscura de su historia reciente, ya que en más de la mitad de la ciudad falló el suministro de energía eléctrica luego de que se presentará una fuerte lluvia.

Casi al final de la ardiente tarde anaquense el brillo del sol menguó tras ser ocultado por inmensas nubes plomizas, que fueron tan raudas como contundentes. Al astro rey lo despacharon antes de la hora.

Las luces de los hogares, encendidos prematuramente a causa de la penumbra tempranera, de pronto titilaban, perdían fuelle para luego alumbrar casi a punto de explotar.

La fugaz y virulenta lluvia cesó casi tan abrptamente como inicio. Pero sobre el cielo de la ciudad «gasífera» quedó instalada una inmensa muralla de nubes amenazantes.

La espesa y rugiente noche parpadeaba cuando una nube lanzaba un agresivo rayo sobre la otra, y a veces contra el suelo. Tras casi dos horas después la Luna y el lucero lograron asomarse, con timidez al principio y luego en todo su esplendor.

La luz dubitativa terminó por ceder. Al principio cayeron los sectores que siempre son afectados, entre ellos Vista Alegre «B», Caucagüita, Libertad, Un Solo Pueblo, Ocana y muchos más.

20 minutos más tarde las sombras extendieron su dominio al resto de los sectores qu dependen del tendido eléctrico de Corpoelec. Tan sólo brillaban las casas y calles de las comunidades que se abastecen de la linea de PSVSA gas Anaco.

Disipado el techo del mundo las familias anaquenses se dieron a las rutinas propias de este tipo de ocasiones: reunión de familias, amigos y vecinos para hablar del nuevo bono, de la caja del clap, de la falta de bombonas de gas y una larga lista de calamidades. Temas no faltarían.

Al inicio las charlas estaban animadas. Risas, regaños y quejas sonaban en las sombras. Pero tras pasar más de dos horas, y varios ataques de la infatigable a e inextinguible fuerzas armadas de los zancudos que gozaban de un inusitado festín, los anaquenses comenzaron a preocuparse.

La embestida de la plaga encerró a la gente con mucha más efectividad que todas las medidas pandémicas. Adentro el calor era el nuevo drama que espantada el sueño. Y así, luchando contra picaduras y el calor, el reloj vio pasar las horas.

Los bombillos volvieron a brillar casi que para anunciar la nueva llegada del sol matutino para derrocar el gobierno de la oscuridad que se extendió por más de 10 horas.