Los vídeos correspondientes al año 2017 y 2020 demuestran la capacidad camaleónica del diputado José Brito.
En el primer fragmento audiovisual, el diputado a la Asamblea Nacional del partido Primero Justicia (PJ) por el Estado Anzoátegui, profiere improperios en contra del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) tildandolo de “Burdel”.
Brito está inmerso hasta el cuello en una gigantesca trama de corrupción y latrocinio en la que además de él, están otros diputados de distintas toldas de oposición y el magnate de negocios turbios, el colombiano de origen libanés, Alex Saab, quien; desde octubre de 2018, está siendo investigado por presunto lavado de activos; que habría obtenido haciendo negociaciones con el gobierno venezolano entre los años 2004 y 2011, además de ser señalado por la fiscalía venezolana en el año 2017 como el propietario de la firma mexicana Group Grand Limited, junto con otros empresarios también colombianos; dedicaba a vender los alimentos a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
Doble moral, rasero, contradicciones
Para el segundo fragmento, Brito, ya sabiéndose descubierto como implicado en el complejo caso CLAP, y habiendo sido separado del partido PJ, este acudió al mismo TSJ al que en el pasado señaló de “burdel”, para introducir un documento en el que solicitan que se revierta su expulsión de la tolda amarilla y se obligue al partido a renovar sus autoridades mediante elecciones internas «transparentes», ya que la actual directiva del partido «se puso de espalda al país, se puso del lado de los que no les importa Venezuela. Esta organización PJ no puede hablar de democracia si no tiene democracia interna», sentenció.
