China se hizo el lunes con las instalaciones del consulado estadounidense en la ciudad de Chengdu, después de haber ordenado su desalojo en represalia por la clausura de su consulado en EEUU.
La toma del consulado supone el último acto de una dramática escalada de tensiones entre las dos economías más grandes del mundo, que comenzó cuando los empleados del consulado chino en Houston fueron vistos quemando documentos en el patio trasero de su sede el martes pasado, horas antes de que Pekín anunciara que se les había ordenado abandonar el edificio.
La orden de China de cerrar el consulado en Chengdu se emitió el viernes en represalia por una orden estadounidense de cerrar el consulado chino en Houston, Texas.