El día miércoles 8 de enero, los duques de Sussex renunciaron a sus funciones como miembros de la casa real.
Desde su matrimonio Enrique y Meghan no han escondido su incomodidad con las obligaciones impuestas por la familia real británica.
Tras meses de consideración, la pareja anunció su renuncia a las funciones como miembros de primer nivel de la casa real; y así buscar poco a poco su independencia económica.
Desde su boda en 2018, la pareja ha ganado una enorme popularidad gracias a su imagen de modernidad; compromiso con causas sociales y desenfado de ambos.
Los duques de Sussex ya abrieron una cuenta en Instagram y en menos de seis horas alcanzaron el millón de seguidores, batiendo un récord mundial.
En estos últimos días la pareja no ha dejado de expresar su incomodidad con el inflexible estilo de vida de la realeza. “A ambos nos apasiona el querer cambiar las cosas para mejor”, afirmó recientemente el príncipe Enrique; que antes de contraer matrimonio era conocido como el miembro más disipado y problemático de la familia real.
Lo que pareció transformar definitivamente al hijo menor de Diana de Gales, fue conocer en 2016 a la entonces actriz Meghan Markle. Hija de Thomas Markle, un director de iluminación de televisión que ganó un Emmy por su trabajo en la serie Hospital General, y de Doria Ragland, asistente social y profesora de yoga, Meghan nació el 4 de agosto de 1981 en Los Ángeles.
Desde que se convirtió en duquesa, Markle que vivía un estilo informal de shorts y sandalias, tuvo que amoldarse a las reglas de vestir de la monarquía británica: medias de color carne o neutro, esmaltes de uñas discretos y vestidos por debajo de la rodilla.