Jesús Seguías: Falla de origen de una estrategia fracasada (Parte I)

Micro Análisis / Jesús Seguías

POR QUÉ MADURO NO SE HA IDO.

Con excepción del referéndum por la reforma constitucional en 2007 (primera victoria política de la oposición en casi una década) los adversarios de Hugo Chávez sólo registrábamos en nuestro haber fracasos electorales y militares, huelgas fallidas y grandes manifestaciones infructuosas. Y cada fracaso significaba una mayor consolidación del adversario.

A partir de 2010 comprendí dos cosas sobre la crisis política de Venezuela. La primera: Que el chavismo ya era un elefante político (y que por tanto había que comérselo en pedazos), es decir, había que empezar una dinámica progresiva de acumulación de poderes. El “todo o nada” ya lucía una pretensión ruda de alcanzar. Era una aventura inconsistente.

El segundo aprendizaje es que el desenlace exitoso de la mega crisis que destrozaba al país sólo sería posible bajo negociaciones políticas (con acuerdos ganar-ganar) entre el chavismo y la oposición. Había que trabajar en ese sentido. Y “bajarle dos” al infantilismo político.

Siempre supe que el chavismo nació con la misión de gobernar hasta la eternidad y, por tanto, de impedir que nadie los desplace del poder, ni por la vía electoral ni por la vía militar. Nacieron políticamente para la guerra, para el juego duro y sucio, para luchar hasta la muerte contra “el capitalismo, el imperialismo yanqui y sus lacayos”. La dictadura cubana era el paradigma a seguir.

Aprendí que la estrategia de la confrontación, tanto política como militar y policial, es la mayor fortaleza del chavismo gobernante. El obsoleto paradigma de la confrontación de clases sociales “irreconciliables” era la marca que Chávez imprimía a su proyecto marxista-leninista. Y el odio social era la salsa macabra que animaba sus discursos vengativos y justicieros.

Apenas hoy, luego de dos décadas de lecturas erradas, es cuando la Casa Blanca descubre las razones por las cuales las sanciones y las amenazas (“todas las opciones están sobre la mesa”) no han podido expulsar al chavismo gobernante del poder. Hoy es cuando perciben que Maduro es un jugador duro e inteligente (y tal vez termine cayéndole simpático a Trump, tal como Putín y Kim Jon Un).

El chavismo gobernante está en su épica revolucionaria. Está feliz (más que preocupado), ante esta confrontación “de tú a tú” con el imperialismo. Está en su zona de confort.

También aprendí que la única vía para comerse al chavismo en rodajas era a través de procesos electorales por tres elementales razones:

  1. • La Oposición sólo es experta en elecciones; la lucha electoral es su fortaleza, su zona de confort, el territorio donde sabe pelear y puede ganar.
  2. • Los opositores no tienen experiencia de guerra y tampoco tienen armas (y aun no han conseguido a ningún idiota extranjero que quiera hacer la guerra por los venezolanos).
  3. • La mega crisis del país (especialmente la económica) sólo se resolverá a través de desenlaces pacíficos y electorales pues los inversionistas huyen de todos los países en guerra. Tan sencillo como eso.

Conclusión 1. La confrontación, es decir, el ring de combate es el terreno donde el chavismo gobernante se desplaza con efectividad. Es su zona de confort. Su poder de coacción es formidable, a pesar de las fisuras internas que pudiesen existir. Ante la amenaza externa han sabido fabricar con éxito la unidad interna. Y allí siguen parados

Conclusión 2. Todo lo contrario al chavismo, el terreno cómodo, la zona de confort de la Oposición son los procesos electorales, pero con una ventaja enorme sobre el chavismo gobernante: más de 11 millones de venezolanos (80% de electores) quieren un cambio en el país y rechazan a Maduro. Pero la Oposición luce desconcertada, sin saber qué hacer para capitalizar ese 80% de venezolanos que quieren cambios urgentes. Y ante la amenaza externa, han sabido fabricar con esmero de bobos la division interna.

Conclusión 3. Lo único que necesita la oposición es que se construya una narrativa política (más que electoral) coherente y esperanzadora para poder seducir a ese 80% de electores cautivos, hacer lo necesario para que esa población acuda a votar en cualquier proceso que convoquen (AN, gobernaciones, alcaldías, presidenciales, y hasta de consejos comunales), y bregar para que esos votos se cuenten. Con eso es suficiente para comenzar a acumular poder…

En mala hora la oposición abandonó la coherencia que debió mantener en torno a sus verdaderas fortalezas, y se dejó arrastrar por estrategias impuestas por políticos impacientes e inmaduros cuyo desenlace lógico era un salto al vacío.

Mañana: Parte dos de “La falla de origen de una estrategia fracasada” Leopoldo López inaugura el “Maduro Vete Ya”.

28 de Junio de 2020
@ JesusSeguias