Resiliencia, adaptación y superación son las palabras que mejor definen a los venezolanos, acostumbrados a todo tipo de vicisitudes que los obligan a enfrentar las adversidades diarias sin perder la sonrisa y, sobre todo, sin permitir que su ingenio se agote.
Ya se pueden ver en algunas zonas del país las bixitaxis, y muchos han recurrido a su inventiva para seguir trabajando, pese a la carencia de combustible.
La imaginación no tiene límites, con una bicicleta y poco más logran armar sendos vehículos que les ayudan a llevar cada día a sus casas un puñado de bolívares para dar de comer a sus familias.