Fue aquel joven de padre rico qué después de recibir junto a su hermano las herencias de su padre, la despilfarro en francachelas bohemias.
Al darse cuenta que todo lo había malgastado y al no tener para alimentarse se vio la necesidad de comer las algarrobas de los cerdos en las fincas vecinas, a las cuales había acudido en búsqueda de trabajo para poder cubrir necesidades.
Ahora tiempo actual, ¿qué relación guarda este relato con lo que acontece actualmente en un país llamado Venezuela?
Salvando tiempo y distancia y habernos dado, “El Padre bueno” de los cielos sus riquezas, por herencia todo incorruptible, lo han malbaratado.
Y hoy comiendo estamos algarrobas, no de los cerdos, sino de la basura qué hurgamos juntos a los perros callejeros.
Acudiendo estamos, a los países vecinos en búsqueda de comida y trabajo y así poder sustentarnos.
Cumpliéndose así las profecías siendo esto el fin de los últimos días
Texto y Diseño
Luis Ramón Rodriguez Mata
Cronista de pueblo.
