Valorarse en todo lo demás respetándose el uno al otro, compartiendo las fructíferas ideas y dar no lo que te sobre; sino lo que rebose de los silos de tu corazón, sin odios, sin mezquindades, ya que es un préstamo que das y este tan solo Dios te lo pagará con creces, en amor, paz y bondad.
Además, si nos esforzamos por entender los problemas de la gente, los comprenderemos mejor y no criticaremos nunca para mal. Tan solo veamos en nuestra propia óptica, cómo funciona cada quien si ha comido hoy; y así compartir lo que Dios le ha proveído.
Liberate de los daños y haz bien, y no mires a quien. Si así se hiciere, la humanidad fuese otra pero quien entiende esto
¡Seamos constructivos y no destructivos!