La política hoy y siempre presente en Venezuela con sus líderes amigos, militantes y simpatizantes; la han prostituido y convertido en una especie de hamponato a su libre albedrío y los partidos en logias y cuevas de «alapranes», donde la honestidad donde la honestidad no cuenta.
Esto es lo que se comenta en los conciliábulos, esquineros de nuestra ciudad que dejo de ser pueblo y cumpliendo ya 88 años de edad, y los dicen Juan, Pedro, Pablo y el maracucho Dario; sostienen que no se puede construir una gran nación en sociedad con estos partidos y sus grupos de esqueletos desapareciendo en ellos por desgaste de sus teorías y doctrinas; prevaleciendo el «cuánto hay pa’ eso» en sus porcentajes del 100%, tan solo para levantar un dedo.
¿Qué gran esfuerzo?
Los venezolanos dignos y honestos que ya son pocos los que están mirando esto, tenemos que sacurdirnos de estos viejos y malos conceptos delictivos, tales como el «robas pero me das» «ponme donde hay y yo hago lo demas».
También éste que ha prevalecido en el tiempo: «Estoy en la política para salir alcalde, concejal, gobernador o diputado, ya que, si salgo electo aseguro junto a los míos nuestro futuro».
A los susodichos partidos y sus alapranes, les enviamos este reflexivo mensaje de alerta: ¡Se renuevan o desaparecen! ya que estan vacios y blandos como cajas de carton mojadas!
¡No me joran!