El Mayor Hugo Parra Martínez y el Primer Teniente Erick Molina son dos de los efectivos militares que desertaron en Cúcuta en febrero de este año, atendiendo el llamado del presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó.
Actualmente se encuentran en EE.UU sin ningún tipo de protección o asilo. Otros efectivos militares se encuentran en iguales condiciones disgregados por toda la región latinoamericana. La promesa de protección y garantías por parte de Juan Guaido nunca se cumplieron.
Parra es uno de los 100 militares venezolanos que desconocieron al presidente Maduro, cuando el diputado Guaidó llamó a unirse a la “Operación Libertad”, para un gobierno de transición y nuevas elecciones.
Algunos de estos militares se refugiaron en EE.UU, pero luego de casi un año sin recibir ningún tipo de ayuda por parte del gobierno estadounidense, también se sienten abandonados por Guaidó, quien no ha hecho nada por ellos.
“Se han hecho todas las diligencias para que el embajador de Guaidó en EE.UU, Carlos Vecchio apoye a Parra con un abogado, pero nada ha sucedido” lamenta Raynell Martínez, ex-mayor de la Aviación Militar de Venezuela que desertó en 2014 bajo condiciones similares.
El 23 de febrero es una fecha escandalosa para Guaidó. Esto a causa del robo de dinero recaudado, su paso hacia Colombia protegido por “Los Rastrojos” y el bacanal con prostitutas por parte del diputado opositor Freddy Superlano.
Días atrás Humberto Calderón Berti, ex-representante de Guaidó en Colombia, denunció que los recursos que iban a ser utilizados con los desertores fueron usados en forma indebida, con facturas ficticias y gastos en licor y prostitutas.
