El Reino Unido prohibirá la venta de automóviles de gasolina y diésel desde 2030, como parte de un ambicioso plan gubernamental para frenar el cambio climático y crear empleos, anunció hoy el primer ministro Boris Johnson.
De acuerdo con el gobernante conservador, la llamada revolución industrial verde movilizará fondos estatales por un monto cercano a los 16 mil millones de dólares, fomentará la generación de energía limpia y renovable y el uso de nuevas tecnologías, y contribuirá a la creación de 250 mil puestos de trabajo.
«Aunque este año tomó un rumbo diferente al esperado (por la pandemia de Covid-19), el Reino Unido está mirando al futuro, y aprovechará la oportunidad para ser más ‘verde’, afirmó Johnson en un comunicado distribuido por su oficina.
El plan de 10 puntos va desde fomentar la generación de electricidad a base de fuentes eólicas, nucleares y de hidrógeno, y desarrollar tecnologías de punta para capturar el dióxido de carbono, hasta alentar el uso de los vehículos eléctricos y las bicicletas y las caminatas.
El gobierno también ayudará a que los aviones, barcos y otras industrias sean menos contaminantes, construirá viviendas más amigables con el medioambiente, y protegerá los bosques y reservas naturales.
El ambicioso proyecto anunciado este miércoles por Johnson llega una semana después de que el opositor Partido Laborista publicó su propio plan para lograr la recuperación económica y medioambiental del país una vez superada la crisis de el Covid-19.