Han pasado más de 10 días desde que estalló la ola de protestas en Cuba. Miles de cubanos salieron a las calles de decenas de pueblos y ciudades, a cara descubierta, reclamando sus derechos y denunciando la situación económica y sanitaria que atraviesa el país.
La respuesta del gobierno cubano fue la represión con la violencia por bandera y deteniendo a miles de personas. Muchos siguen desaparecidos, y otros han podido ser ubicados en alguna de las estaciones policiales que se multiplican por la isla. En ellas reina el caos, la desinformación y la violencia ejercida contra los detenidos, según han podido relatar algunos de los testigos.
“No me callaré hasta tener a mi hijo de vuelta. Pienso que ninguna madre debe callar su dolor, apenas son niños que nos necesitan más que a nadie”. Es el grito de dolor de Ida Ramos, colgado en una de las plataformas creadas para denunciar las desapariciones y detenciones, y pedir ayuda. Su hijo, de 16 años, fue sacado de casa y acusado «de construir bombas molotov».
Las cifras sobre detenidos y desapariciones son confusas. El caos y el intento de intoxicar por parte del gobierno cubano, a través de una campaña de ‘fake news’, hace diferir los datos entre los organismos que están monitorizando la situación.
Según el grupo no gubernamental de asesoría jurídica Cubalex, la cifra de detenidos y desaparecidos ascendería a 426 personas, tras haber sido liberadas en los últimos días 82, según confirmó la abogada Giselle Morfi Cruz a Radio Martí.
Por su parte, Prisoners Defenders (PD) ha documentado 326 casos de detenciones y/o desapariciones forzadas. “El pasado día 14 reportamos 187 casos – que fueron remitidos al Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU– de los cuales alguna decena ha salido en libertad con cargos, o con multas”, explica el presidente de la ONG, Javier Larrondo.