En las urbanizaciones de clase media; y más aún en la alta sociedad, por razones de seguridad se genera la necesidad de contratar el personal que resguarda la zona del área residencial, entre ellos hay una persona muy peculiar, este es el Señor de la puerta, mejor conocido como “El Portero”.
Este personaje tiene una suerte de juez y verdugo en sus manos; aunque no es residente, inquilino o miembro del condominio, él goza de ciertos privilegios operacionales y uno ellos es restringir el acceso.
Su perfil psicológico es muy variable, pero su principal característica se define como altamente comunicativo y diligente con las personas del condominio, y esto incluso puede magnificarse a chismoso y adulador.
El universo tal vez por primera vez conspira a su favor, algo que es raro en su línea de vida, se le ha entregado una pequeña cuota de poder en esta sociedad: permitir o negar la entrada. En su dìa a dìa en cada jornada laboral, él tiene la oportunidad de oro; cambiar el curso de su destino.
Seguramente si es atento, respetuoso con el público, ordenado y confiable; vencerá “el principio de Peter” y ascenderá. Tal vez será supervisor de la empresa outsourcing para la cual trabaja, o el próximo socio. Aprovechar este pequeño instante de éxito, atraerá más de lo mismo, una cadena interminable de eventos a favor.
Pero por el contrario si es antipático, retrechero, conflictivo con las personas de esta comunidad, y jala mecate, chismoso para con su jefe, créanlo que por asunto karmatico (ley de causa y efecto) más temprano que tarde saldrá del cargo y lanzado al olvido.
Esta paradoja es repetida una y otra vez en diferentes trabajos, empresas e instituciones, el asunto es que es aplicable en todo: algunos supervisores, gerentes, directivos, políticos, tienen en su mente el comportamiento de modo más primitivo, ruin y reptiliano de un portero de urbanización.
El principio de Peter dice que subirás en la línea de mando hasta que llegue el techo de tu incapacidad, el universo conspirara a tu favor tanto como tus acciones lo definan, de la manera que tratas a otro ser humano, es realmente la manera como te ves tù, es un espejo, cada persona te muestra lo hermosa o hermoso que eres, o lo triste, solo y desarmonizado que te encuentras. Intentando eclipsar la luz de otros te aseguro que no brillaras más por el contrario mermara la tuya.
Desde tu cubículo, curul, dirección; abres o cierras una puerta. Te recomiendo que generes liderazgo basado en amor, que construyas relaciones humanas sanas y duraderas; de lo contrario solo manejaras una simple jefatura parecida a la de aquel portero chismoso, jala mecate y grosero que más temprano que tarde será lanzado al olvido por sus propias miserias humanas.
SERGIO PÈREZ P.
COACH/TERAPEUTA
@SANACIONYBIENESTAR
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