La Plaza Bolívar es un sitio insigne de la ciudad, no obstante, sus precarias condiciones solo dejan en evidencia la ineptitud del gobierno local.
A nuestra sala de redacción llegó una denuncia de una madre tigrense, quien contó que su hijo pequeño cayó en una alcantarilla, cuya tapa fue hurtada por los nuevos delincuentes de la zona, es decir, los chatarreros.
La mujer señaló que gracias a su oportuna respuesta, pudo evitar que el menor se ahogara.
Por consiguiente, la denunciante hace un llamado a los entes municipales, no solo para que recuperen los espacios públicos para las familias tigrenses, sino para que acaben con «la nueva plaga» de la ciudad que se dedica a robar material estratégico.